Lanzarote no es solo una isla volcánica de paisajes oníricos. Es también un museo al aire libre donde arte, arquitectura y ecología se funden de manera magistral gracias a la visión de uno de los creadores más singulares del siglo XX: César Manrique.
Viajar a Lanzarote es una experiencia transformadora, especialmente si se hace con la mirada puesta en el legado de este artista multidisciplinar. Esta guía propone un recorrido por los lugares más emblemáticos de la isla que llevan su firma, o su espíritu, ofreciendo una inmersión cultural que va mucho más allá del turismo convencional.
César Manrique: el artista que convirtió Lanzarote en una obra de arte viva

César Manrique (1919–1992) nació en Arrecife, Lanzarote, una isla marcada por su carácter volcánico y una fuerte identidad insular. A lo largo de su vida, se formó como artista plástico en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, y posteriormente se trasladó a Nueva York con una beca de la Fundación Guggenheim. Allí absorbió las corrientes del expresionismo abstracto y el arte moderno, pero también se dio cuenta de que su verdadera inspiración estaba en su tierra natal.
En 1966 regresó a Lanzarote con una idea revolucionaria: demostrar que el desarrollo turístico no tenía por qué ir en contra de la sostenibilidad ni de la identidad local. Su influencia logró frenar la especulación urbanística y fomentar una arquitectura integrada en el paisaje. Su visión estética —que conjugaba arte, naturaleza, funcionalidad y ecología— se plasmó en numerosas intervenciones que hoy definen la personalidad visual de la isla.
Manrique fue, además, un activista incansable. Denunció la construcción descontrolada, propuso modelos turísticos alternativos y colaboró con las instituciones para proteger la esencia de Lanzarote. Gracias a él, esta isla es Patrimonio de la Humanidad en términos no oficiales: una obra de arte viviente.
Ruta Cultural por el Legado de César Manrique en Lanzarote
1. Jameos del Agua

Uno de los lugares más emblemáticos de la isla y una obra maestra del Land Art. Manrique transformó este tubo volcánico, parte del sistema geológico del Volcán de la Corona, en un espacio multidisciplinar que incluye un auditorio subterráneo, un lago natural con una especie endémica de cangrejos albinos (ciegos y únicos en el mundo), un jardín de palmeras, y una piscina de diseño exquisito.
Jameos del Agua es un ejemplo paradigmático de cómo el arte puede convivir con la naturaleza sin invadirla. Todo aquí —desde la disposición de las rocas hasta la iluminación o el mobiliario— está concebido como una instalación artística integral.
Dato: Si tienes la oportunidad de asistir a un concierto por la noche, no la dejes escapar. La acústica del auditorio es excepcional, lo que convierte cada actuación en una experiencia única.
Ubicación:
Carretera Arrieta – Órzola s/n,
35542, Lanzarote
Horario:
Lunes a domingo de 10:00 a 18:00hs
2. Cueva de los Verdes

Aunque la intervención artística no fue realizada directamente por César Manrique, la Cueva de los Verdes forma parte del mismo tubo volcánico que conecta con los Jameos del Agua y se incluye en la red de Centros de Arte, Cultura y Turismo promovida bajo su influencia. El espacio ha sido cuidadosamente acondicionado para visitas guiadas, con una iluminación sutilmente integrada que resalta las texturas minerales del entorno sin alterar su autenticidad. Además, el recorrido se completa con una icónica “sorpresa final”, que es mejor no revelar.
Ubicación:
LZ-204, 35542, Haría, Lanzarote
Horario:
Lunes a domingo de 9:30 a 16:45hs
3. Mirador del Río

Situado a 475 metros de altitud sobre el nivel del mar, el Mirador del Río se integra de forma casi imperceptible en el entorno rocoso del Risco de Famara. Desde su terraza acristalada, se despliegan unas vistas espectaculares del Archipiélago Chinijo, con la isla de La Graciosa emergiendo del océano como un espejismo dorado suspendido sobre el Atlántico.
Manrique diseñó el edificio con una intención clara: que la arquitectura pasara desapercibida frente al paisaje. Ventanales curvos, materiales locales, y un interiorismo de líneas orgánicas componen este espacio donde la contemplación se convierte en experiencia estética.
Ubicación:
Carretera de Ye, S/N, 35541, Haría, Lanzarote
Horario:
Lunes a domingo de 10:00 a 17:00hs
4. Jardín de Cactus

Ubicado en una antigua cantera de ceniza volcánica, el Jardín de Cactus reúne más de 4.500 ejemplares de 450 especies diferentes, procedentes de los cinco continentes. En este espacio, César Manrique volvió a demostrar su habilidad para integrar arte y paisaje: terrazas escalonadas, piedra volcánica y un molino tradicional restaurado se combinan en una composición armoniosa que realza tanto la flora como el entorno.
Además de su valor estético y botánico, el jardín rinde homenaje a la tradición agrícola local, en particular al cultivo de la cochinilla, un tinte natural que desempeñó un papel relevante en la economía de la isla. Botánica, historia y diseño se entrelazan aquí con la precisión y sensibilidad propias de una obra de arte habitable.
Ubicación:
Av. Garafía, 35544, Guatiza,
Lanzarote
Horario:
Lunes a domingo de 10:00 a 17:00hs
5. Fundación César Manrique

Situada en la que fuera su residencia durante dos décadas, esta fundación alberga buena parte del legado artístico del creador: pinturas, bocetos, esculturas, mobiliario diseñado por él, así como obras de Picasso, Miró o Chillida de su colección personal.
El edificio se levanta sobre cinco burbujas volcánicas naturales conectadas por túneles blancos de inspiración orgánica. Aquí se respira la filosofía de Manrique: armonía, luz, naturaleza y creatividad. Visitarla es adentrarse en su universo más íntimo.
Ubicación:
C. Jorge Luis Borges, 16, 35507, Tahiche, Lanzarote
Horario:
Lunes a domingo de 10:00 a 17:30hs
6. Casa Museo César Manrique

Menos conocida pero igual de fascinante, esta fue la última vivienda del artista, ubicada en el Valle de Haría, una de las zonas más verdes de la isla. Tras su muerte en 1992, la casa se mantuvo prácticamente como él la dejó. Hoy se puede recorrer su estudio, su biblioteca, los espacios de descanso y los jardines que diseñó.
La Casa Museo ofrece una visión más íntima y cotidiana del artista, complementaria a sus obras más monumentales. En este espacio, Manrique se reencontró con la vida rural de Lanzarote y con los valores tradicionales que marcaron su infancia, integrándolos con sensibilidad en su modo de habitar y crear.
Ubicación:
C/ Elvira Sánchez, 30,
35520, Haría, Lanzarote
Horario:
Lunes a domingo de 10:30 a 17:30hs
Otros lugares con el espíritu de Manrique





⁕ Teguise
La antigua capital de Lanzarote, es uno de los conjuntos históricos más bellos y mejor conservados del archipiélago. Sus casas coloniales de piedra volcánica y cal blanca, balcones de madera y plazas tranquilas evocan una arquitectura tradicional que César Manrique ayudó a proteger y valorar. Su defensa del patrimonio insular y su visión estética influyeron directamente en la conservación de este núcleo urbano, donde aún se respira la identidad cultural de la isla. La armonía visual de Teguise es un ejemplo vivo de la sensibilidad que el artista promovió: respeto por el entorno, la escala humana y los materiales locales.
Hoy, el pueblo combina su historia con una vibrante vida cultural: talleres de artesanía, pequeñas galerías, estudios de artistas y un animado mercadillo dominical que llena las calles de productos locales, música y color.
Dato: Para hacer una pausa en tu ruta cultural por Teguise, el Bar Cafetería La Tahona es una excelente parada: un rincón donde la cocina tradicional, el ambiente local y la arquitectura popular convergen armoniosamente.
⁕ El Almacén (Arrecife)
El Centro de Innovación cultural ‘Almacén’, ubicado en pleno centro de Arrecife, fue fundado en los años 70 por César Manrique y Pepe Dámaso, cuando soñaban con abrir un espacio para el desarrollo del arte contemporáneo en la isla. Su propuesta fue radical y pionera: un punto de encuentro para artistas, pensadores, músicos, cineastas y creadores en general. Exposiciones, cine, música, diseño y pensamiento…todo tenía cabida en este pequeño oasis creativo.
Reformado en 2016 por el Cabildo de Lanzarote, al día de hoy El Almacén conserva su espíritu original como laboratorio cultural abierto al arte contemporáneo. Hay salas para muestras temporales, un cine independiente y, cómo no, el Bar Picasso, perfecto para tomarse algo en un entorno relajado y lleno de estímulos visuales. Entre una copa de vino local y una conversación inspiradora, es fácil imaginar el espíritu con el que Manrique y Dámaso concibieron este lugar: un refugio para las ideas, el arte y la libertad creativa. Un imprescindible para quienes quieran descubrir la Lanzarote más cultural y comprometida.
⁕ Museo Lagomar
En el corazón de Nazaret se esconde uno de los rincones más singulares de Lanzarote: el Museo Lagomar, un lugar donde arquitectura, paisaje volcánico y fantasía conviven en equilibrio casi onírico. Ideado por César Manrique y diseñado por su mano derecha, el artista Jesús Soto, el conjunto respira esa misma filosofía de respeto por el paisaje y fusión entre arte y naturaleza.
Construido sobre una antigua cantera de roca volcánica, Lagomar es más que una casa-museo: es una experiencia sensorial. Pasadizos excavados en la piedra, escaleras que se pierden entre cuevas, estanques, terrazas y vegetación desértica componen un recorrido que parece salido de un sueño surrealista. Se dice, con algo de leyenda, que el actor Omar Sharif la compró y la perdió en una partida de bridge.
Hoy, además de museo, Lagomar alberga un restaurante y un bar ubicados en uno de los entornos más singulares y evocadores de la isla. Es un lugar perfecto para dejarse llevar, explorar con calma y reconectar con esa manera de habitar el paisaje —respetuosa, creativa y profundamente integrada en la naturaleza— que César Manrique convirtió en seña de identidad de Lanzarote.
⁕ Juguetes del Viento
Además de arquitecto del paisaje, César Manrique fue también un artista profundamente lúdico. Su serie de esculturas móviles conocidas como Juguetes del Viento es una de las expresiones más poéticas de esa faceta. Estas piezas, inspiradas en el movimiento del viento y en formas geométricas abstractas, están repartidas por diversas rotondas y espacios públicos de Lanzarote. Son estructuras metálicas que giran, flotan o vibran con la brisa constante de la isla, transformando un elemento natural invisible en arte cinético. Su presencia convierte lo cotidiano —una intersección vial, una plaza— en un pequeño escenario donde el arte y el viento juegan juntos.
Lejos de ser meros adornos urbanos, los Juguetes del Viento reflejan la manera en que Manrique entendía la relación entre arte y vida: integrados en el espacio público, accesibles, dinámicos y profundamente conectados con el entorno. No están en museos, sino en movimiento, expuestos al cielo y al tiempo. Cada escultura es una invitación a mirar hacia arriba, a detenerse un momento y a recordar que, para Manrique, el arte debía estar presente en la experiencia diaria, sin solemnidad, pero con toda la fuerza de lo esencial.
Lanzarote: un viaje cultural al alma de César Manrique
Visitar Lanzarote con los ojos de César Manrique es mucho más que hacer turismo: es descubrir una isla donde el arte, la naturaleza y la identidad local conviven en equilibrio. Esta guía propone un itinerario cultural que conecta los espacios más emblemáticos del legado de Manrique, desde sus intervenciones paisajísticas hasta sus esculturas móviles, pasando por museos, miradores y pueblos con historia. Cada parada revela una faceta distinta de su visión estética y ecológica, profundamente ligada a la tierra que lo vio nacer.
Si estás planeando un viaje a Lanzarote y te interesa el arte, la arquitectura o el turismo sostenible, seguir las huellas de César Manrique es la mejor forma de conocer la isla en profundidad. Su legado sigue vivo en cada rincón, recordándonos que es posible habitar el paisaje sin destruirlo, y que la cultura puede ser el verdadero motor de un destino. Una experiencia enriquecedora, creativa y profundamente transformadora para cualquier viajero.

