Desde revisiones históricas hasta las propuestas más actuales del arte contemporáneo, pasando por fotografía, instalaciones audiovisuales y proyectos de diseño, diciembre en Madrid ofrece una programación diversa que permite descubrir el pasado, reflexionar sobre el presente y asomarse a nuevas formas de mirar el mundo.

A continuación, te presentamos algunas de las exposiciones más destacadas que podrás visitar en la ciudad durante este mes:

1. Isidre Nonell mirando a Goya.

Figura clave de la modernidad catalana, Isidre Nonell dedicó su obra a retratar con una sensibilidad inédita a los sujetos marginados de su tiempo, otorgándoles una dignidad pictórica que desafiaba los códigos sociales y estéticos de la época. La exposición Isidre Nonell mirando a Goya, presentada en el Museo Lázaro Galdiano junto a la Colección Casacuberta Marsans, propone un diálogo íntimo entre ambos artistas para explorar cómo, separados por más de un siglo, compartieron una mirada ética, humanista y profundamente crítica sobre la condición humana.

La muestra reúne algunos de los dibujos y óleos más representativos de Nonell, incluidos sus conocidos “fritos” y los primeros retratos de gitanas, enfrentados a obras de Goya del propio museo. Este encuentro revela afinidades éticas y estéticas entre ambos creadores, destacando su forma de entender la pintura como un espacio de verdad, compasión y rebeldía frente a las convenciones de su tiempo.

2. ¡Aquí hay petróleo!

Los combustibles fósiles no solo transformaron la industria: moldearon nuestra forma de imaginar el progreso, el poder y hasta el deseo. ¡Aquí hay petróleo! propone adentrarse en esa historia cultural para descubrir cómo España, especialmente durante el franquismo, construyó sus propios relatos sobre la modernidad energética. Desde las expectativas frustradas de hallar petróleo hasta las grandes infraestructuras que prometían progreso, la exposición traza un viaje que conecta pasado y presente.

A través de imágenes de archivos estatales y privados, la muestra revela cómo el régimen utilizó la estética industrial —pozos, fábricas, oleoductos— como símbolo de redención y modernización tras la Guerra Civil. En este recorrido surge también el concepto de “petromasculinidad”, que vincula combustibles fósiles, poder patriarcal y discursos autoritarios. La exposición actualiza estas ideas mostrando cómo estos imaginarios resuenan hoy en redes sociales, videojuegos y culturas digitales, en un momento marcado por la crisis climática, los debates sobre la transición energética y el auge de nuevos liderazgos reaccionarios. Un relato visual y político que invita a pensar cómo hemos llegado hasta aquí y qué futuro energético estamos imaginando.

3. De los retazos me construyo.

Artista textil y narradora de silencios, Erika Ewel convierte el hilo y la aguja en herramientas críticas capaces de desentrañar las tensiones sociales que atraviesan la vida cotidiana. De los retazos me construyo, presentada en Casa de América, revisita su obra desde una mirada que entiende el textil no como artesanía, sino como un lenguaje para pensar, cuestionar y reconstruir el mundo.

La exposición reúne piezas donde lo íntimo y lo político se entrelazan: tejidos que dialogan con la identidad de género, la memoria colonial, las luchas domésticas o la conciencia ecológica. Desde sus composiciones más figurativas hasta los paisajes minimalistas de su serie reciente, Ewel utiliza materiales cotidianos para revelar capas ocultas de dolor, resistencia y pertenencia. Su trabajo convierte lo doméstico en un territorio de insurgencia simbólica y reafirma el poder del textil como espacio de reflexión y transformación.

4. Juan Muñoz. Historias de Arte.

Escultor, narrador y maestro de la ilusión, Juan Muñoz  (1953–2001) ‘regresa’ al Museo Nacional del Prado, un lugar que marcó su formación y su mirada. La exposición, comisariada por Vicente Todolí, recorre su relación con la historia del arte —del Renacimiento al Barroco— para mostrar cómo la perspectiva, la teatralidad y la arquitectura fueron los ejes de una obra que desdibujó las fronteras entre realidad y ficción.

A través de instalaciones, esculturas, dibujos y piezas emblemáticas como The Prompter o Conversation Piece, el recorrido despliega un universo habitado por figuras enigmáticas y escenas suspendidas, donde el espectador se convierte en parte del relato. Más que una retrospectiva, la muestra revela el diálogo íntimo y renovador que Muñoz mantuvo con maestros como Velázquez, Goya o Bernini, transformando sus lecciones en un lenguaje contemporáneo que invita a mirar —y ser mirado— desde nuevos ángulos.

5. FOD. Fueradentro.

El trabajo de FOD (Francisco Olivares Díaz) parte de la tradición moderna —del constructivismo a la Bauhaus— para reinterpretarla desde un lenguaje propio, abierto y en constante cambio. Sus obras mezclan pintura, escultura, dibujo e instalación para crear formas que recuerdan arquitecturas, calles o estructuras urbanas, pero que nunca se muestran del todo. Son fragmentos que aparecen y se deshacen, como si la memoria reconstruyera la ciudad a partir de recuerdos imprecisos, colores y planos superpuestos.

La exposición fueradentro reúne una selección de piezas que se integran de manera natural en el espacio, jugando con perspectivas, alturas y cortes visuales. Muchas de ellas son obras nómadas y flexibles, que se desmontan y recomponen según el lugar. En este recorrido, cada disciplina se mezcla con la siguiente y el visitante atraviesa lo plástico para llegar a lo arquitectónico. FOD convierte ese gesto tan humano de construir refugios en un proceso artístico vivo, divertido y en continuo diálogo con el entorno.

6. Gauchos. fotografías de Luis Fabini.

El Museo de América presenta Gauchos, una exposición que invita a descubrir a uno de los grupos sociales más emblemáticos y, sin embargo, menos conocidos de Sudamérica: los gauchos uruguayos. A través de la mirada del fotógrafo Luis Fabini, la muestra retrata un modo de vida que ha cambiado muy poco a lo largo de los siglos y que hoy sobrevive en medio de un mundo en transformación. Organizada en colaboración con la Embajada de Uruguay en España, la exposición revela la profunda conexión entre estos hombres, la tierra y el caballo, una tradición que tiene sus equivalentes en toda América —cowboys, charros, llaneros, huasos— y que comparte una misma esencia.

El recorrido nos lleva al norte de Uruguay, donde Fabini convivió durante años con los gauchos para captar la honestidad de su día a día: una existencia austera, dura y orgullosa, marcada por la libertad de las grandes praderas. Sus fotografías no buscan idealizar, sino mostrar la dignidad de un oficio que se desvanece lentamente. Gauchos es, así, un homenaje a una cultura viva que resiste el paso del tiempo y a quienes la mantienen en pie.

7. Victoria Eugenia.

La Galería de las Colecciones Reales presenta una exposición dedicada a Victoria Eugenia de Battenberg, la joven nieta de la reina Victoria de Inglaterra que llegó a España en 1906 para casarse con Alfonso XIII y, en apenas unos meses, convertirse en reina. Formada en la estricta educación británica, asumió con disciplina su nuevo papel, mantuvo siempre su lealtad a la Corona y aseguró la continuidad de la dinastía como madre de siete hijos. Tras el exilio de 1931, solo regresó una vez a España, con motivo del bautizo de su bisnieto, el actual rey Felipe VI.

La muestra propone un recorrido por su vida pública y privada: desde su infancia inglesa y su llegada a la corte española hasta su imagen como consorte, madre y figura popular. El énfasis recae en la profunda huella que dejó en la modernización de la corte y en su intensa actividad pública, impulsando causas sociales y benéficas que marcaron su reinado. Es, en definitiva, un homenaje a una reina que transformó su tiempo y cuyo legado continua resonando.

8. Juan Uslé. Ese barco en la montaña.

El Museo Reina Sofía presenta Ese barco en la montaña, una amplia retrospectiva que revisa más de cuatro décadas de trabajo de Juan Uslé, uno de los artistas españoles con mayor proyección internacional. Veinte años después de su primera gran muestra en el museo, la exposición reúne obras de diferentes etapas y formatos —pinturas, notas pictóricas, pruebas de color, escritos y fotografías— para ofrecer una visión abierta y no cronológica de su universo creativo. El recorrido explora cómo Uslé convierte sus experiencias cotidianas, viajes y ritmos internos en imágenes que conectan la abstracción con recuerdos, percepciones y escenas soñadas.

La muestra destaca la evolución de su lenguaje pictórico, desde sus inicios en Cantabria y su paso por Valencia hasta la decisiva etapa neoyorquina que impulsó una abstracción más luminosa y rítmica. Sus lienzos, marcados por pinceladas que laten como un pulso y por superficies que se expanden como pieles de color, revelan una pintura íntima y meditativa. Más que una antología, es una reflexión sobre cómo Uslé ha construido, a lo largo de los años, un espacio propio donde tiempo, gesto y mirada se funden en un mismo movimiento.

9. Diálogos de escultura ibérica. El Museo del Louvre en el MAN.

El Museo Arqueológico Nacional presenta por primera vez en sus salas una selección excepcional de diez esculturas ibéricas procedentes del Museo del Louvre, un encuentro inédito entre dos colecciones fundamentales para el estudio de este arte antiguo. Estas piezas, halladas en los mismos yacimientos que muchos de los fondos del MAN, recuerdan la estrecha colaboración que unió a ambas instituciones desde finales del siglo XIX, cuando conservadores y arqueólogos españoles y franceses trabajaron juntos para desvelar la singularidad del mundo ibérico.

La exposición ofrece una oportunidad única para adentrarse en la riqueza simbólica de la escultura en piedra, una de las manifestaciones más fascinantes de esta cultura. Figuras protectoras como las esfinges, escenas rituales y exvotos revelan las creencias, los ritos funerarios y la profunda relación de los iberos con lo sagrado. Más que una presentación histórica, la muestra invita a redescubrir un patrimonio compartido y a comprender cómo estas obras —viajeras entre países y siglos— siguen iluminando la complejidad espiritual y artística del Mediterráneo antiguo.

10. Patricia Esquivias. Al puro ver se ve.

El Museo Nacional de Artes Decorativas presenta Patricia Esquivias. Al puro ver se ve, una exposición que nos invita a descubrir la sorprendente historia de una técnica de bordado reversible presente tanto en Marruecos como en Caleruela (Toledo). A través de su investigación, Esquivias conecta este saber artesanal con el contexto cultural y político del primer tercio del siglo XX, un tiempo en el que las creadoras de los años treinta exploraban nuevas formas de expresión en diálogo con los movimientos pedagógicos y artísticos de la época. El bordado aparece así como un punto de encuentro entre culturas, pero también como un espacio de libertad y creación para muchas mujeres.

La muestra reúne bordados, fotografías, documentos y obras que revelan cómo una misma técnica puede viajar, transformarse y generar historias compartidas. Organizada en tres secciones —Lo izieron en Fez, Lo izieron en Caleruela y Lo izieron—, la exposición reivindica la autoría femenina de un arte a menudo subestimado, situándolo en el centro de debates contemporáneos sobre lo textil. Comisariada por Patricia Esquivias, Selina Blasco y Patricia Molins, forma parte del proyecto Memoria, tejidos, museos, que durante 2025 y 2026 propone nuevas miradas sobre los fondos textiles de los museos estatales en colaboración con diversas artistas.